La expansión y cohesión del Imperio Inca

Luego del ataque y la guerra con los Chankas, los Incas del Cuzco, comenzaron a conquistar cada vez más territorio, que terminó formando la unidad política más grande de la América pre hispánica. Esta unidad la lograron aplicando principios andinos milenarios como el de la reciprocidad.
La palabra “Tawantinsuyo”, que significa “las cuatro partes del mundo”, era un concepto ceremonial o religioso. Cada ciudad conquistada, o cultura en términos más amplios, mantenían sus gobernantes, sus propias formas de organización y expresiones culturales, pero se relacionaban con los Incas del Cuzco.
Los Incas representaron la síntesis del desarrollo milenario de la Cordillera de los Andes. Teniendo expresiones culturales y organizacionales, particulares que lo diferencian de las culturas antecesoras como los Wari y Tiahuanacos y de los más lejanos como Chavín.
Los Incas usaron diversas estrategias de anexión territorial, una de ellas era la conquista militar, pero no la única; la acumulación y distribución de productos diversos, el prestigio religioso, social y cultural, las alianzas, etc., fueron otros métodos de conquista. La consolidación de las conquistas, parece ser que se basaron en el justo equilibrio de los factores que intervenían en la misma. Muchas de las costumbres del hombre peruano, provienen de esta larga tradición cultural andina.
Para la conquista militar, los Incas mantuvieron un poderoso ejército, que estaba al mando de gente de confianza del Zapa Inca; en el “Portal Fuenterrebollo”, se puede leer: “… Los soldados tenían un entrenamiento riguroso. Tenían varios tipos de armas: jabalinas con propulsor, boleadoras, mazas con cabeza estrellada de bronce o hachas de filo, lanzas con punta de cuero, hondas para arrojar piedras y arcos y flechas. Para protegerse usaban escudos y cascos de madera y corazas de algodón acolchadas” (Portal Fuenterrebollo, Internet, 2004).
La conquista del Tawantinsuyo, se llevó a cabo en un lapso de cien años. Para ello el Imperio Inca contó con un poderoso ejército organizado y con unidad de mando y acción, y, evidentemente una organización política bien estructurada, al igual que la administrativa, que incluía los tributos para sostener al Estado Inca. Sumado a lo anterior, dieron importancia suprema a la red de caminos para uso militar y para las comunicaciones, además de un idioma común, y una serie de expresiones religiosas que terminaron por cohesionar el Imperio.

Vista de Machu Picchu desde el Wayna Picchu
Existió una especie de Servicio Militar Obligatorio, para los hombres en edad militar a los que se les denominaba “runa” o súbdito del Estado. La edad militar abarcaba desde los 18 hasta los 50 años. En su época de mayor apogeo, el Imperio Inca contó con un ejército de línea de 200.000 hombres.
José Tamayo Herrera, explica “que aunque no puede hablarse de un servicio militar obligatorio en el sentido moderno, el servicio de los runas para el ejército también era una forma de “mita” o contribución, que el súbdito estaba obligado a retribuir al Estado en tiempo de trabajo”.
Pablo Macera, opina que “las guerras tenían características religiosas, ya que eran estacionales, ocurrían en los ciclos entre cosecha y siembra, y rituales. Un principio estratégico era mantener los enfrentamientos en las fronteras y así sostener la paz en el interior del territorio”.
Y Liliana Regalado, nos dice, “Al igual que las guerras, la reciprocidad cumplió un rol fundamental en la expansión y cohesión del tahuantinsuyo. Al inicio de la expansión Inca, la autoridad no se ejercía directamente, sino a través de la “minka”, palabra que según el cronista Pérez de Holguín, significa: “rogar a alguno que me ayude prometiéndole algo”.
Todos los trabajos que el inca necesitaba los tenía que solicitar a los señores vecinos. Para cumplir con la reciprocidad, el inca debía halagar a estos señores dándoles regalos, comidas, mujeres, ropa, objetos suntuarios y toda clase de obsequios.
María Rostworoswski explica que "a medida que fue creciendo el Tahuantisuyo creció también la cantidad de señores por agasajar. Por este motivo el Estado se vio obligado a incrementar sus ingresos para asegurarse que contaba con las cantidades necesarias”.
Completando lo anterior, los Incas, construyeron y mantuvieron una red de caminos denominados en la sierra el Cápac Ñam, muchos de estos caminos fueron heredados de los Wari. Estos caminos incluían puentes colgantes, flotantes, alojamiento para los viajeros y tambos, en donde se almacenaba alimentos, para el Ejército en campaña. Como se ve, fueron previsores.
Existen otras consideraciones de tipo arquitectónico, culturales, sociales, filosóficas, etc., que contribuyeron a la cohesión del Imperio.
Algunos historiadores han sostenido que el hombre desde que es tal, ha tenido las mismas virtudes y defectos; siempre existió por ejemplo el afán de poder, de lujos y riquezas, la necesidad de trabajar y producir, etc.; la única diferencia es la tecnología: siempre se complotó contra el Estado, antiguamente usando quizá el Cápac Ñam y hoy los teléfonos móviles y por ejemplo, gran parte de los problemas de un ejército en campaña, se presentaron en el ejército inca, como por ejemplo las deserciones.

Las conquistas territoriales del Ejército Imperial Inca [editar]
Durante esos cien años de conquistas y consolidación del Imperio Inca, se puede observar tres partes definidas: la consolidación y primera expansión, la segunda expansión y la tercera expansión.
La primera expansión corresponde a los Zapa Incas Sinchi Roca y Lloque Yupanqui. La segunda expansión, se da durante los gobiernos de los Zapa Incas Mayta Cápac, Cápac Yupanqui, Inca Roca Yahuar Huácac y Viracocha Inca. Finalmente la tercera expansión, estuvo a cargo de Pachacuti Inca Yupanqui, el más grande conquistador Inca, Inca Yupanqui, Túpac Inca Yupanqui y Huayna Cápac.
Y según parece, los Zapa Incas Huáscar Inca Yupanqui y Atahualpa Inca, se dedicaron a guerras intestinas hasta la llegada de los españoles (ver Conquistas del Imperio Inca) Wenn*!!

Destino Ultimo del Imperio [editar]
Luego de la conquista la destrucción de las estructuras sociopoliticas del imperio fue progresiva e inexorable, con varias etapas y procesos, de los cuales los más conocidos son las reducciones virreynales. Descendientes de la realeza Inca histórica, Tupac Amaru I y siglos después Tupac Amaru II se levantaron en armas contra el gobierno virreynal sin mayor éxito. De sus movimientos solo quedo su recuerdo como gesta heroica y "libertaria". Algunos eruditos creen que la debilidad orgánica de sus movimientos y la falta de una acogida más extensa en su momento, matormente entre los supuestos benficiarios esto es entre los habitantes locales se debe en parte a que progrsivamente la transculturación y servidumbre los hicieron olvidadar su pasado milenario. Estos movimientos no ofrecían una posibilida de éxito real contra uno de los imperios más poderosos de la historia en su momento. No pudieron convencer ni ofrecer avanzes capaces de aglutinar con mejoras en su forma de vida diaria y liberar de su estado de explotaciona los curacas ni a los habitante locales sino aparentemente solo ofrecían el reemplazo de la aristocracia hispana europea por una vuelta a la realeza Inca nativa,no de muy buen recuerdo entre las etnias subyugadas por los Incas. Al final solo destinados al fracaso, estos movimientos vieron desaparecer los ultimos vestigios de poder Inca. Hoy en día los rezagos de la población multietnica con su cultura y costumbres de los habitantes nativos, ahora conocidos como cholos, pueden hallarse en los países andinos

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